Un valle de rosas & belleza

Un valle de rosas & belleza

• Monday, August 29, 2016

Valdirose, por DonTerrenal

Una brisita corre entre los olivos y despierta el perfume de las lavandas. Las flores descansan del sol embriagador del verano. Cataratas de romero mantienen frescos los muros de piedra.

Algún pajarito canta para despedir el día; un vecino se le suma. De a poco el cielo se tiñe de naranja y rosa, como si el atardecer jugara con acuarelas. En el horizonte, achinando los ojos, se llegan a adivinar los antiguos techos de terracotta fiorentinos y la maravillosa cúpula de Brunelleschi.

Sí, lo sé. Suena a delirio de un borrachín poético que tomó demasiado Chianti. Pero no es más que una descripción objetiva del panorama que te da la bienvenida al llegar. En la bonita Toscana, en un pueblo llamado Lastra a Signa, hay una calle conocida como Val di Rose (valle de rosas; no Olazábal, ni Ayacucho, ni Pavón… VALLE DE ROSAS), una vía sobre la que descansa uno de los paraísos más hermosos, simples y reales que nos han presentado las redes sociales: la casa Valdirose.

Allí encontramos a Irene, auténtica y de sonrisa perenne, siempre cocinando alguna exquisitez o belleza.

Paolo, italiano como pocos, es el anfitrión que corre al pié del cañón para que todos se sientan a gusto.

Giovanni es el babbo, papá y abuelo, precursor del proyecto y narrador oficial de las historias de la familia; pero sobre todo responsable de que nunca falte algo para descorchar. Graziella, la mamma, está presente en cada receta, en cada corazón y en cada sorbo de limoncello. Otto es el encargado de alborotar a los huéspedes con su blanca locura canina. Y Beatrice (sí, como la del Dante, como la de Il postino) ilumina el mundo con sus ojos y con esa niñez que se le escapa mientras ayuda a secar la vajilla.

Ellos son la tribu Valdirose… como buenos toscanos, expertos absolutos en hacer sentir en casa a cualquiera que ande de paso por su bella tierra.

Sería un error decir que el suyo es un emprendimiento de hospedaje para turistas. Porque cuando esta familia abre las puertas de su hogar para recibir viajeros, está compartiendo también su mesa, los frutos de su jardín, su amor por la cocina, la historia de su pueblo, sus vinos escondidos bajo la cama, sus raíces, sus recuerdos.

Quizás por eso en Valdirose se entiende mejor que en ningún otro lado cuánto importan los detalles. Lo mucho que dice de una casa un frasquito vacío, un mantel antiguo, un cacharro abollado con un ramo recién improvisado en el patio. Como sucede con los pájaros de los olivos, cada palito está elegido cuidadosamente para darle una forma precisa al nido de la familia. Un nido que se disfruta y comparte.

Todo el que pasó por ahí coincide en que los desayunos merecen un capítulo aparte (ok, quizás todo un libro) ¡No en vano son el hit instagramero de todas las mañanas! Café, mermeladas caseras, pancakes, budines, crumbles, manteca, bruschette, jugos, flores recién cortadas, vajilla suelta rescatada en mercados de pulgas... Decidir cuál es la delicia más cautivante es un desafío que no le desearía ni a mi peor enemigo.

Pero el encanto no se limita a las mañanas. Hay libros viejos, almohadones gigantes de fibras naturales, maderitas recicladas por aquí y por allá, ramos frescos hasta en el piso de la escalera… La belleza de esos ambientes es tan auténtica y simple que hipnotiza.

Por supuesto no faltan millones de hallazgos, objetos con historia, muebles recuperados… incluso planillas de lotería amarillentas enchinchadas en la pared de un dormitorio; testimonio silencioso de inviernos vividos al refugio de esos mismos interiores. Como dice Irene, ‘a la larga, la simplicidad es siempre la solución perfecta’.

Asi que estamos en condiciones de confirmarlo: todo lo que vemos a diario por nuestros telefoninos es 200% real. Valdirose tiene las mesas más bonitas, y chucherías suficientes como para matar de un pico de estética a cualquier instagrammer.

Pero también tiene alma, y buena onda, y un montón de cosas que hacen que ésto no sea un chivo sino un merecido reconocimiento. Cuando la gente se entrega a su proyecto con tanta pasión y amor por el trabajo, lo mínimo que podemos hacer es disfrutarlo, aplaudir, pasar la bola, y brindar por estas ganas de volver que dan calambre.

Después de todo, como aprendimos en la Toscana, “la muerte nos tiene que encontrar vivos”.

Y cada uno de nosotros sabrá lo que estar vivo significa de verdad.

Para ver un poquito más de los Valdirose, este video hermoso del Corriere della Sera:

http://video.corriere.it/irene-berni-magia-pasta-nulla/c3571af6-719e-11e5-b015-f1d3b8f071aa

http://www.valdirose.com

http://www.instagram.com/valdirose

http: //valdirose.blogspot.com.ar

http://www.facebook.com/Valdirose-Charming-Rooms


Mil gracias Fer por este imperdible y hermoso viaje virtual!! Leerte siempre es un placer y tus fotos nos hacen suspirar!!
Hasta el próximo lunes!!